miércoles, 29 de octubre de 2014

TALLER DE PAN RALLADO.

Durante un par de semanas en el rincón de las experiencias hemos estado llevando a cabo un taller de manipulación de pan rallado. El principal objetivo es que los alumnos tuvieran una primera toma de contacto con los materiales continuos y discontinuos.
La primera fase del taller fue la manipulación libre de los materiales, el tacto, el sabor, el olor...y en contraposición de otro tipo de material, en un primer momento fueron macarrones y luego ellos decidieron trabajar con las piñas que habíamos cogido del patio.



En ese momento descubrieron que si ponemos el pan rallado en la mesa y pasamos los dedos por encima podemos hacer "Caminitos"




Manipularon los macarrones(material continuo y por lo tanto contable) por un lado y el pan rallado(Material discontinuo) por otro y luego todo junto.


Hicieron transvases de un recipiente a otro utilizando términos de cantidades como "Aquí hay más" o "échame un poquito aquí para que tengamos igual".


Además de trabajar el plano social, ya que es una buena actividad para trabajar el compartir los materiales, trabajamos el lenguaje oral , ya que es una situación idónea para desencadenar opiniones, punto de vista o preferencias.


Al principio en la actividad sólo podían estar dos niños, pero...¡tuvimos que ampliar el cupo!



A la vez que estaban manipulando libremente, de vez en cuando me acercaba y le planteaba la siguiente cuestión: ¿Me puedes dar tres piñas? a lo que en seguida me las daban además acompañadas de su número correspondiente, y la siguiente cuestión era ¿Me puedes dar tres de pan rallado? a lo que la mayoría contestaba dándome tres puñados de pan rallado, a lo que yo le volvía a preguntar ¿ Aquí hay tres o más? y aquí ya había opiniones de todo tipo como "No, aquí hay más" o "no hay tres hay cinco mil" o simplemente "si". Con esta reflexión lo que pretendía es que vieran la diferencia entre materiales a los que podemos "asignarle un número" y otros que no.


Aquí podemos observar los trasvases de unos recipientes a otros.


Y lo más divertido vino cuando le echamos agua al pan rallado. Pero antes hicimos una hipótesis ¿Qué pasará si le echamos agua?  a lo que algunos contestaron, pues que va a a cambiar de color, otros dijeron que el pan se mojaría y otros fueron más dramáticos y pensaron que el pan explotaría.... más tarde verificamos que efectivamente, se moja y cambia de color...pero, ¡no explota!





Y moldeando el pan rallado llegamos a la conclusión de que si lo aprietas mucho mucho se hace "como plasti" pero...no tenía color y los solucionamos echándole un chorro de pintura, pero de esto ya no tenemos documentos gráficos, porque nuestras manos... ¡¡¡ya no permitían coger la cámara!!!!

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